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viernes 19/OCT/07
Evangelio del día
Lc 12, 1-7
Confiar en Dios.
En aquel tiempo, se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido. Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas. A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar al infierno. Sí, les repito, teman a ése. ¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros”.
Reflexión:
No debemos temer nada ni a nadie, excepto el pecado que nos aleja de Dios. Porque debemos grabarnos muy bien en nuestra inteligencia que TODO lo que nos suceda en este mundo será querido o permitido por Dios, que nos cuida constantemente y no dejará que nos pase algo que sea REALMENTE MALO. Veremos que hasta los sucesos más funestos de nuestra vida, con el correr del tiempo, se convierten en hechos beneficiosos para nosotros. Por eso recemos mucho y confiemos muchísimo en que Dios es BUENO y lo que permite que nos suceda siempre será para bien. ¡Jamás dudemos de la bondad infinita de Dios!
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de confiar ciegamente en Dios y en su misericordia infinita.
Jesús, María, os amo, salvad las almas
martes 16/OCT/07
Evangelio del día
Lc 11, 37-41
Por fuera y por dentro.
Un fariseo invitó a Jesús a cenar. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro”.
Reflexión:
Este error desgraciadamente también se ve mucho hoy en día entre los mismos católicos. Por fuera simulan ser muy practicantes y santos, pero por dentro están llenos de malos pensamientos, intenciones torcidas y falsedad. Por eso debemos estar muy atentos a nuestro interior. Que nuestra devoción sea sincera y siempre obremos pensando que Dios nos está mirando y que nuestro pensamiento está desnudo ante Él. Ya que Dios nos juzgará por lo que somos en realidad, y no por las apariencias que hemos dado a los hombres.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de ser rectos y agradables a Dios en nuestra interioridad como también en lo exterior.
Jesús, María, os amo, salvad las almas
martes 9/OCT/07
Evangelio del día
Lc 10, 38-42
Escuchar a Dios.
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor escuchaba su palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”. Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, una sola cosa es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”
Reflexión:
¿Cuál es la única cosa necesaria que dice Jesús a Marta? La única cosa necesaria es escuchar la palabra de Jesús. Pero aquí debemos hacer una distinción entre oír y escuchar. Oír es sentir un sonido. En cambio escuchar es oír atentamente y poner por obra lo que se oye. Por eso debemos escuchar la Palabra de Dios, es decir, oírla y obrar de acuerdo a dicha palabra. Esto es lo único realmente importante. Todo lo demás son cosas pasajeras y debemos ocuparnos de ellas pero siempre para que nos ayuden a la cosa que es realmente importante.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de ser como Ella, escuchadores de la Palabra de Dios y de dar a cada cosa el lugar que le corresponde.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
jueves 27/SEP/07
miércoles 5/SEP/07
lunes 13/AGO/07
martes 7/AGO/07
jueves 2/AGO/07
Evangelio del día
Mt 13, 36-43
Obrar el bien.
Dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña en el campo”. Él les respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y éstos quitarán de su reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente; allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!”.
Reflexión:
Jesús dice que al fin del mundo los ángeles quitarán del reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal. Y es que debemos tener siempre en cuenta que seremos juzgados por nuestro obrar. Siempre debemos obrar de acuerdo a la voluntad de Dios. Y esta voluntad está manifestada en los Diez Mandamientos y en las enseñanzas de Jesús en el Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia a través del Papa y de los Obispos unidos al Papa. Y los que hicieron el mal serán arrojados al infierno con sus cuerpos también, por eso Jesús dice que habrá “rechinar de dientes”, porque sencillamente estarán allí los condenados en cuerpo y alma.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de convertirnos cada día más profundamente ya que estamos a tiempo para salvarnos y salvar a nuestros hermanos.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
miércoles 1/AGO/07
Evangelio del día
Mt 13, 44-46
El tesoro y la perla.
Jesús dijo a la multitud: El http://www.paginawebgratis.es/editpage.php?idp=12reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.
Reflexión:
El reino de los cielos se parece a un tesoro y a una perla que, cuando lo encontramos, nos da tanta alegría que es necesario vender todo lo que tenemos para comprarlo. ¿Y qué es lo que tenemos que vender? Todo lo que tenemos, especialmente nuestra forma de pensar y de ver las cosas, nuestra ciencia y hasta estar dispuesto a entregar la propia vida por él. Es interesante saber que “perla” es uno se los significados del nombre “María”; por lo tanto la perla de gran valor es también María Santísima, que al encontrarla debemos vender todo y consagrarnos a ella.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de ver todo lo que sucede en el mundo con los ojos de la fe y no tener un juicio mundano.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
martes 31/JUL/07
Evangelio del día
Mt 13, 47-53
El reino es como una red.
Jesús dijo a la multitud: “El reino de los cielos se parece a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. ¿Comprendieron todo esto?”. “Sí”, le respondieron. Entonces agregó: “Todo escriba convertido en discípulo del reino de los cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo”.
Reflexión:
Hoy Jesús nos dice que los hombres buenos y malos convivirán hasta el fin del mundo, en que serán separados definitivamente. Es importante tener esta visión que Jesús nos da sobre el reino, y que solo al final serán separados los buenos de los malos completamente. Debemos obrar santamente porque todas nuestras obras quedan registradas y escritas en el libro de nuestra vida y en el día del Juicio Final todo lo que hemos hecho quedará al descubierto ante todo el universo. Por eso no tenemos que ser hipócritas y andar en verdad delante de Dios y de los hombres, no tratando de aparentar, sino ser sinceros y obrar de acuerdo al querer de Dios.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de tener paciencia con todos y saber perdonar a los demás, dejando la justicia a Dios, que dará a cada uno lo que le corresponde.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
Evangelio del día
Mt 14, 22-36
Fe y confianza en Dios.
Después de la multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al atardecer, todavía estaba allí, solo. La barca ya estaba muy lejos de la costa, sacudida por las olas, porque tenían viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. “Es un fantasma”, dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar. Pero Jesús les dijo: “Tranquilícense, soy yo; no teman”. Entonces Pedro le respondió: “Señor, si eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua”. “Ven”, le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a él. Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: “Señor, sálvame”. En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”. En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en ella se postraron ante él, diciendo: “Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios”. Al llegar a la otra orilla, fueron a Genesaret. Cuando la gente del lugar lo reconoció, difundió la noticia por los alrededores, y le llevaban a todos los enfermos, rogándole que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron sanados.
Reflexión:
Vemos cómo en este Evangelio Pedro flaquea en su confianza en el Señor al ver el fuerte viento. Y es que la confianza en Jesús es de capital importancia para realizar lo que Dios quiere de nosotros. Jesús dijo también que el que quiera realizar algo y no dude en su corazón, lo obtendrá. Y además en estos tiempos está difundiéndose mucho la devoción a la Divina Misericordia, que sobre todo exige confianza en Jesús. Por eso el Señor hoy nos quiere decir algo con este episodio de Pedro: que debemos tener fe y confianza en Dios contra todas las apariencias. Es bueno que nos ejercitemos en esto y frecuentemente hagamos actos de confianza y de fe en Dios, porque vivimos en un mundo que hace todo lo posible para hacernos perder la confianza en Dios.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de confiar siempre en la bondad de Dios a pesar de todas las apariencias en contra, como Ella misma lo hizo en el momento de la Pasión del Señor.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
Evangelio del día
Mt 17, 22-27
El impuesto al Templo.
Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús dijo a sus discípulos: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres: lo matarán y al tercer día resucitará”. Y ellos quedaron muy apenados. Al llegar a Cafarnaúm, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: “¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?”. “Sí, lo paga”, respondió. Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: “¿Qué te parece, Simón? ¿De quién perciben los impuestos y las tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?”. Y como Pedro respondió: “De los extraños”, Jesús le dijo: “Eso quiere decir que los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti”.
Reflexión:
De este pasaje del Evangelio se deduce que Jesús y sus discípulos en ese momento no tenían nada de dinero, es por eso que Jesús envía a Pedro a pescar un pez y allí encontrar una moneda de plata para pagar el impuesto. Y es que Jesús, a pesar del río de oro que pasó por sus manos, y de tener amigos muy influyentes como Lázaro, siempre permaneció pobre y viviendo de la Providencia. De esto debemos tomar ejemplo nosotros que muchas veces queremos enriquecernos, siendo que las riquezas son muchas veces un obstáculo para ganar el Cielo.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de tratar se ser ricos pero en obras y a los ojos de Dios.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
Evangelio del día
Lc 12, 13-21
El materialismo nos lleva a la ruina eterna.
Uno de la multitud dijo al Señor: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Jesús le respondió: “Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?”. Después les dijo: “Cuídense de toda avaricia, porque aun en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas”. Les dijo entonces una parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: ‘¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha’. Después pensó: ‘Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?’ Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios”.
Reflexión:
El demonio en estos tiempos ha logrado seducir a los hombres con el error del materialismo, que es como su encarnación. Muchos hoy viven y piensan solo en obtener riquezas a cualquier precio. Creen que serán felices cuando más aparatos tecnológicos y modernos posean, y así se van alejando del camino que lleva a la Vida, porque no se puede agradar a dos señores, o a Dios o al Dinero, hay que elegir. Y la mayoría hoy elige el dios Dinero. Pero también hay otra riqueza que es culpable y es cuando estamos llenos de nosotros mismos y nos creemos autosuficientes y no necesitados de Dios. El hombre de hoy cree poder prescindir de Dios y termina precipitando en la fosa del Abismo.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de ser pobres de espíritu, es decir usar de los bienes de este mundo pero sin codiciarlos. Y pidámosle también la gracia de hacer buenas obras y vivir siendo agradables a Dios para atesorar un tesoro en el Cielo.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
Evangelio del día
Lc 4, 38-44
Jesús sana.
Al salir de la sinagoga, Jesús entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. _Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y ésta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos. Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. De muchos salían demonios, gritando: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”. Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías. Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: “También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del reino de Dios, porque para eso he sido enviado”. Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.
Reflexión:
Jesús tiene poder sobre toda enfermedad. Si estamos enfermos debemos tener en claro que Dios en un abrir y cerrar de ojos nos puede devolver la salud completa. Por eso es bueno pedir con insistencia la salud, pero si la voluntad de Dios es dejarnos con nuestra dolencia, la tenemos que aceptar con resignación, ya que si Él lo quiere así, es porque dicha enfermedad no sólo nos hará ganar méritos para el Cielo, sino que además obtendremos gracias para la conversión y salvación de otros hermanos nuestros.
Pidamos a la Santísima Virgen que nos ayude a pedir con confianza nuestra curación, pero si la voluntad de Dios sobre nosotros es otra, que nos ayude a llevar la cruz de la enfermedad con valentía.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
Evangelio del día
Lc 9, 7-9
Perplejidad de Herodes.
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que Jesús hacía y enseñaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: “Es Juan, que ha resucitado”. Otros decían: “Es Elías, que se ha aparecido”, y otros: “Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado”. Pero Herodes decía: “A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es éste del que oigo decir semejantes cosas?”. Y trataba de verlo.
Reflexión:
Herodes buscaba ver a Jesús. Lo logrará ver antes de la crucifixión, cuando se lo envía Pilatos. Y sólo lo verá para burlarse de Él y tratarlo como a un loco y por eso lo viste de blanco. ¡Qué diferente efecto en el alma del que se acerca a Jesús con buena voluntad, del que lo hace con mala voluntad! Herodes con verlo solo hace que aumente su culpa porque no se convierte. Por eso Simeón le anuncia a María que Jesús será signo de contradicción, ya que el alma que se encuentra con Él necesariamente debe tomar partido, con Él o contra Él. No hay términos medios.
Pidamos a la Santísima Virgen que cada encuentro nuestro con Jesús sea un aumento de gracia para nosotros.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
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